lunes, abril 30, 2007

Poema sobre la tristeza y algunos pájaros patéticos

Nada roza mi nariz
Nada golpea mi pecho con más indiferencia
Que las alas de un loro
Deshaciéndose en mi rostro
Como una tempestad de flores marchitas
Y el tiempo pasa…
Pasa y se enhebra en la aguja de la noche
Como un hilo que me abraza
Y me ahoga
Y solo quiero perderme
Entre las plumas del Simurg
Que ahora imagino y acaricio…
Nada grita desde mi corazón
Con más dolor que un cuerpo transparente
Y tengo fría la voz
Y fríos los dedos que se adormecen
Como unos polluelos en su nido…
Y nada de esto es gracioso

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